Amor incondicional: un regalo de alegría.

"Una vez que aprendes a aceptarlos y amarlos por quienes son, subconscientemente aprendes a amarte a ti mismo incondicionalmente".

El "amor" debería ser un tema de discusión durante todo el año. Sin embargo, es sólo en febrero cuando hablamos más al respecto porque vemos todo tipo de publicidad sobre los regalos para dar a su enamorado el día de San Valentín. Obtenemos todas clase de sugerencias e ideas sobre regalos que podemos dar a nuestros novios/enamorados/pareja para mostrarles cómo es de grande nuestro amor. Este es otro período del año en el que nuestro lado de " consumerismo" sale a relucir (justo después del periodo de Navidad) para presionarnos a expresar nuestros sentimientos con regalos, para dar cosas, que la mayoría del tiempo son inútiles.

También es el período del año en que los solteros se sienten bastante mal por todas esas publicidades que muestran que su situación real no es la del “común de la gente”. Haciéndoles creer que están solos y que solo podemos ser felices si estamos en pareja (nos hacen creer que nuestra felicidad depende del otro). ¡Personalmente creo que estamos muy equivocados! El amor no se trata de regalos, de estar con alguien por estar con alguien, el amor es una energía más poderosa, un estado mental, un sentimiento único que produce felicidad y bienestar.  

El significado del “amor incondicional” está bastante bien implantado en nuestros cerebros y culturas. Para la mayoría de las personas, significa el amor que una madre siente por sus hijos y / o el amor que encontramos en "Dios" (no importa el nombre que le des). Pero cuando hablamos del amor que tenemos por nuestra pareja / novio / novia / esposo / esposa, las definiciones son “adaptadas” a nuestras necesidades personales. Los amamos, pero queremos que cambien algo (se conviertan en otra persona que dejen de ser lo que son para convertirse en lo que no son).

Queremos que la otra persona cambie sólo porque los amamos, porque queremos su bienestar, esa es nuestra mejor excusa. Pero en realidad, lo que estamos haciendo es entrando en un terreno que yo llamo el triángulo de Bermudas (en realidad se llama el triángulo de Karpam) pero yo lo llamo el triángulo de Bermudas porque una vez que entramos en ese lugar nos perdemos!. El triángulo de Karpman muestra 3 esquinas o posiciones: la víctima, el salvador y el verdugo. Por ejemplo, queremos que nuestro amado(a) cambie algo porque nos afecta (Nos ponemos en el rincón de la víctima) o porque creemos que es por su propio bienestar (Nos ponemos en el rincón del salvador) o porque si él / ella no lo hace tomaremos algunas medidas, por ejemplo, dejar a la persona, no amarla más (Nos ponemos en el rincón del verdugo). La única forma de salir del triángulo de las Bermudas es simplemente no entrar en el. Lo podemos lograr cuando somos 100% responsables de nuestras propias acciones y cuando dejamos que ellos / nosotros simplemente seamos las personas que realmente somos.

La mayoría de las veces, puedo decirlo porque era una experta en ese tema, señalamos a nuestros seres queridos con un dedo: "... Tú, tu no me amas porque ..." Sin saber que en realidad hay 4 dedos apuntando hacia nosotros. Entonces, cuando juzgamos al otro que dice "No me amas" en realidad, debemos pensar que en realidad somos nosotros mismos los que no nos estamos amando. Mm, difícil de entender y dejar de hacerlo. ¿Cierto?

Dejar de tratar de cambiar el otro, pensar que cada vez que lo señalamos estamos señalando en realidad nuestras debilidades y simplemente aceptando a los demás / a nosotros mismos de la forma en que son / somos es el primer paso para estar en amor incondicional y es el mejor regalo que podemos darle a los demás, a nosotros mismos y al universo.

Con todo mi amor incondicional, Eli